Para Javier Fortuño, la clave del éxito de una firma de servicios jurídicos está en el equipo profesional que la forma, “porque en esta actividad, todo lo demás no es relevante. Aquí la clave es el equipo, y ahora tengo ese equipo”. Desde el punto de vista societario, Fortuño Abogados es una sociedad limitada en la que Javier Fortuño es el accionista dominante, pero desde el punto de vista operativo, “somos 11 abogados y todos tenemos clara nuestra función y competencias”. A través del modelo retributivo establecido, todos los profesionales “tienen incentivo salarial vinculado a resultados”, de forma que todos saben que cuanto mayores sean sus aportaciones al despacho, mayor será su retribución. Aunque Javier Fortuño es el principal responsable del despacho, “semanalmente un comité de dirección se reúne y toma decisiones”.

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En términos de cifra de negocio, el despacho factura en torno a 700.000 euros anuales, “aunque en las actuales circunstancias y dados los medios disponibles, para un despacho como el nuestro no es fácil, no ya superar, sino mantener esa facturación”. Precisamente por esta incertidumbre ante el futuro es por lo que Javier Fortuño no es partidario de incrementar más su estructura.

“Si se cumplen mis previsiones de una caída sensible en la demanda de servicios jurídicos, las firmas que en los momentos dulces de nuestra actividad -como estos últimos años que hemos pasado- se han dotado de grandes estructuras, ahora van a pasarlo bastante mal, porque no habrá mercado que soporte a tantos profesionales”.