Para Javier Martínez, socio de Auditoría de BDO, la nueva LAC conllevará un aumento de la complejidad técnica y profesionalidad de los trabajos de auditoría que debería verse reflejado en su coste “o de otra forma no se aplicará con responsabilidad por parte de la profesión estos cambios normativos”.

La nueva LAC que regula el sector de auditoría incide en el ámbito de la independencia del auditor, las incompatibilidades y la reducción en número de las entidades de interés público (EIP). “Valorándola en su conjunto, pensamos que podía haber avanzado más en aspectos críticos para el interés público y de la profesión”, especifica Martínez.

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– ¿Qué cambios contempla la nueva LAC para las compañías auditadas?

– No son excesivamente relevantes. Básicamente afectan a las entidades de interés público, que deberán participar más en el control de la independencia de su auditor y llevar a cabo procedimientos abiertos de contratación del mismo.

– ¿Qué se debería hacer para que, aunque por tamaño las empresas no estén obligadas a auditarse, se conciencien sobre la necesidad de contratar los servicios de auditoría?

– La auditoría es el principal instrumento de garantía de credibilidad de la información empresarial y esta ha demostrado su valor con el paso del tiempo, además de ir modernizándose y adaptándose a las necesidades de los mercados, inversores y organizaciones. También los auditores han ido evolucionando desde un perfil más contable, hacia profesionales multidisciplinares aunque deben seguir avanzando para que su función siga siendo una referencia y ofrezca confianza desde una perspectiva cada vez más amplia y basándonos en la legislación vigente.

Somos una de las profesiones con mayor supervisión y control, tanto de las instituciones regulatorias como de las propias firmas, que disponemos de controles y sistemas de revisión de calidad y riesgo corporativo local e internacional con carácter interno.

Pero los escándalos, la crisis y el desconocimiento de la sociedad del papel, responsabilidades y valor del auditor, sus límites y el alcance de su trabajo, han desprestigiado nuestra profesión en los últimos años.

El trabajo que realizamos los auditore es crítico. Las empresas deberían comprender el valor añadido de transparencia, seguridad e imagen frente a terceros, sean estos entidades financieras, clientes, proveedores, administraciones públicas y/o accionistas.

– Las empresas valencianas están inmersas en procesos de internacionalización. La nueva LAC, ¿incorpora obligaciones específicas para empresas que operan en mercados exteriores?

– La nueva LAC incide en la plena responsabilidad del auditor del grupo respecto a la información financiera de todas la filiales en las cuentas consolidadas auditadas.

Por otra parte, establece para el auditor extranjero de una empresa extranjera cotizada en España, la obligación de registrarse como auditor en España, lo que obliga a esas empresas a buscar auditores con estas características.

– ¿Cómo van a incidir en el modelo de negocio de las empresas de servicios profesionales en España los cambios que incorpora la nueva LAC?

– La auditoría es un mercado maduro que en estos últimos años ha notado la reducción del tejido empresarial pero que está repuntando debido a la recuperación económica.

Dentro de nuestro plan estratégico para los próximos años, que es bastante ambicioso a nivel global y también en España, hemos hecho una apuesta para concentrar nuestros esfuerzos en tres líneas fundamentales: consolidarnos en nuestro mercado, ser líderes por servicio al cliente y aumentar nuestra presencia en proyectos globales apoyándonos en nuestra multidisciplinariedad y nuestra red internacional que es una de las más sólidas del mercado con 1.408 oficinas en 154 países.

En las distintas líneas de servicio hemos reforzado nuestra actividad como son los servicios de consultoría de gestión o de negocio, asesoramiento en riesgos y cumplimiento normativo, y otros de assurance, fusiones y adquisiciones, asesoramiento financiero, fiscal y legal y de externalización y outsourcing.

Sobre esta base, el endurecimiento de las normas de independencia del auditor en relación con los servicios distintos a la auditoría recogido en la nueva LAC supondrán una oportunidad de negocio para firmas multidisciplinares.

– ¿Prevé que la nueva norma provoque un incremento de la competencia en el mercado de la auditoría o piensa que no va a influir al respecto?

– Es una Ley que regula la profesión  y que incide en la rotación del auditor. No pensamos que este último aspecto perjudique o beneficie a ninguna empresa del sector. Se trata de un mecanismo para evitar la excesiva concentración existente, no es tanto introducir una mayor rotación como facilitar los trabajos de coauditoría.

En relación con las auditorías de las EIP,  finalmente el legislador español ha redefinido el concepto de dichas entidades inicialmente aprobado, para adaptarlo a lo que parece más razonable, de acuerdo con lo que hay en los países de nuestro entorno. Además, la auditoría de una entidad de interés público conlleva requisitos sobre independencia y calidad más estrictos, lo que significará una concentración del mercado.

– ¿Cree que será necesario cambiar los procesos de formación y selección de profesionales cualificados por parte de las auditoras? 

– La adaptación de las normas de auditoría y de contabilidad a la economía global implica, además de la convergencia en cuanto a normas contables, una calidad homogénea en la auditoría en el ámbito nacional e internacional. También se está redefiniendo el alcance de algunos procedimientos para llevarlos a un nivel que requiere de una formación y experiencia próxima a otros perfiles profesionales y que precisa que se impliquen otras áreas como consultores, forensic, etc. Desde BDO, como firma de servicios multidisciplinar, aunamos  expertos en materia financiera, legal, fiscalistas, auditores y consultores.

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