Salvador Navarro, presidente de la CEV, hace balance de 2015

Hace cuatro años que llegó a la presidencia de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) y su mandato no ha sido un paseo triunfal. Le ha tocado liderar una reconversión radical de la principal organización empresarial de la provincia y ha tenido que hacerlo, además, en el peor momento que ha vivido la economía española desde el Plan de Estabilización del 59. Habla claro y se le entiende perfectamente lo que dice y lo que quiere decir. 

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¿Cómo han impactado estos siete largos años de crisis en el tejido productivo de la provincia?

– El empleo sigue siendo el mayor problema que tenemos. En términos de empresas, a 1 de enero de 2008 había 376.000 empresas en la Comunidad Valenciana, mientras que a 1 de octubre de 2015 hay 339.000; han desaparecido más de 37.000 compañías. Por la caída de la demanda interna, en España se han perdido 500.000 empresas, incluyendo también a los autónomos, y han hecho también un gran ajuste las entidades financieras, pero no tengo tan claro que el ajuste se haya hecho en las Administraciones Públicas.

De hecho, principalmente esta crisis la hemos soportado los ciudadanos y las empresas, que somos quienes hemos aprendido la lección, pero dudo que en el sector público nacional se haya hecho un ajuste en el número de organismos y empresas. No hablo de la Generalitat Valenciana, que sí ha sido una de las más activas en ese sentido. Pero salvo honrosas excepciones, las Administraciones Públicas no han aprendido la lección; de hecho, se vuelve a la creación de empleo público.

Contestando a su pregunta, los empresarios hemos hecho lo que teníamos que hacer.  Y en ese sentido podríamos decir que la reforma laboral ha servido, aunque con matices, para dar una mayor flexibilidad a la empresa y para ajustar sus estructuras a la demanda. La llamada devaluación salarial se ha producido como consecuencia de un desplome de la demanda. Y que conste que, en mi opinión, de lo que hemos salido es de la recesión, pero la crisis aún no ha acabado.

– ¿Qué quiere decir cuando afirma que hemos salido de la recesión, pero la crisis no ha acabado?

– La economía está volviendo a crecer y, por tanto, la recesión la hemos superado, pero mientras la situación del mercado laboral sea la que es, no podemos decir que hemos superado la crisis. El desempleo que padecemos es una lacra social inadmisible. Hasta que no lleguemos a una cifra de paro razonable, como la que teníamos antes de la debacle, seguiré hablando de crisis.

El reto de la Formación Profesional

– ¿Qué debería hacerse para volver a ese nivel de paro precrisis?

– Sin abandonar en ningún caso el impulso a favor de la exportación, lo que hay que hacer es activar la demanda interna, porque es lo que de verdad actúa sobre el empleo.

Y para que las empresas reaccionen positivamente en materia laboral a esa reactivación de la demanda interna necesitan flexibilidad y un marco jurídico estable. Además, si se quiere incidir de verdad sobre el problema del desempleo, sería bueno también alguna presión por parte de la Administración, sobre aquellas personas que están acomodadas en el paro, porque no hay que olvidar que, en los momentos de máxima ocupación laboral en España, el desempleo estaba en el 8 % de la población activa.

Por último, si de verdad queremos actuar sobre el problema del desempleo, hay que conseguir que la formación sea la adecuada y esté adaptada a las necesidades de las empresas, pues muchas de las personas desempleadas deben formarse y ajustarse a las necesidades de las empresas. Cada cual puede estudiar o no y, en su caso, puede estudiar lo que quiera, pero las empresas lo que necesitamos son aprendices con capacidad de desarrollo profesional en un oficio.

– Si una de las claves para recuperar el empleo está en la Formación Profesional, ¿qué deberíamos hacer al respecto tanto los ciudadanos como las administraciones?

– Lo primero, comprender y asumir que la FP es una verdadera alternativa a la formación universitaria. Y a partir de esta toma de conciencia general, sería necesaria una actuación conjunta de Administración, empresas, sindicatos e institutos de Formación Profesional para poner al día con todas sus consecuencias la oferta formativa de FP.

Desde la CEV estamos en contacto con doce institutos de FP y tenemos empresarios en los consejos sociales de cada uno de ellos, pero eso apenas es una gota de agua en el mar. Por ejemplo, las Administraciones Públicas deberían ser conscientes de que, igual que aportan mucho dinero a las Universidades, la FP también necesita muchos recursos. Para dignificar y poner en valor la Formación Profesional ante la opinión pública hay que dotarla de recursos económicos que hoy no tiene, porque la salida laboral que tiene un profesional de FP es casi inmediata en todos los sectores.

La economía valenciana hoy

– ¿Cuál es la situación de la economía y las empresas de la Comunitat hoy? ¿Cuáles son las asignaturas pendientes?

– Hemos vivido y vivimos tan encima del día a día, que no nos damos cuenta de lo que ha supuesto para las compañías y para la forma de gestionar las empresas la etapa que hemos pasado. Esto se verá con el tiempo y espero que la experiencia sirva para futuras generaciones de empresarios.

Por lo que respecta al presente, los empresarios debemos estar centrados en la innovación y en la mejora constante de productos y servicios, teniendo muy presente que el mundo está globalizado y que la digitalización ha roto cualquier barrera. Por lo tanto, nuestro foco tiene que estar en el ‘core’ de la empresa, sin perder nunca de vista lo que está haciendo la competencia.

Un problema grave y estructural que tienen las empresas de nuestra Comunitat es su pequeño tamaño, porque con empresas de diez trabajadores no hay capacidad para casi nada. Las empresas valencianas necesitan ganar dimensión para ser más competitivas. Y ese ganar tamaño no necesariamente pasa por las fusiones y adquisiciones; puede conseguirse mediante acuerdos de cooperación. Y en esto pueden ayudar entidades como los institutos tecnológicos y/o las propias organizaciones empresariales, pues un nexo de unión natural entre las empresas es la asociación y/o federación correspondiente.

Como presidente de la CEV animo a las empresas valencianas a que se esfuercen por ganar tamaño a través de la cooperación, donde hay muchísimas fórmulas manteniendo cada cual el ‘core’ que le es propio. La participación en proyectos conjuntos da a cada parte visibilidad, les abre nuevos mercados y les enseña las mejores prácticas de las otras empresas. Cierto es que, para abordar este tipo de proyectos hace falta una empresa tractora que habitualmente suele ser una empresa más grande, y estamos necesitados de empresas tractoras en esta Comunidad.

Además del tamaño, un segundo tema importante es generar y aportar valor al cliente en todos los productos y servicios que ofrezcamos. Y ese valor se genera aumentando la productividad en los procesos, la calidad y prestaciones en los productos y servicios y con innovación. Las empresas de una economía como la nuestra no pueden competir vía precios y costes laborales; tenemos que competir incrementando el valor ofrecido al cliente.

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