César Sánchez, presidente de la Diputación de Alicante

– Ha incidido usted también en las particularidades del modelo turístico. Explíquese.

– Mire, en política tenemos que aplicar el sentido común. Y el sentido común dice que el turismo de Castellón, el turismo de la ciudad de Valencia –que recoge la mayor parte del turismo de esa provincia– o el de la Costa Blanca no tienen nada que ver. Nos podemos retroalimentar, nos podemos enriquecer, pero los turistas que vienen a Torrevieja, los que vienen a Benidorm, no tienen nada que ver con el turismo que va a Valencia ciudad. Con el modelo de Ximo Puig de ‘comarcas y gobierno autonómico, y no territorio provincial’, yo me planteo, ¿quién va a defender los intereses de un modelo turístico que hay en Alicante desde hace muchísimas décadas y que es, además, un modelo de éxito, que es el modelo de la Costa Blanca? ¿O tenemos que presentarnos en las ferias de turismo con siete estands distintos de siete comarcas distintas? ¿O tenemos que presentarnos en una feria internacional de turismo solamente con una imagen global de toda la Comunidad Valenciana? Yo creo que los demás tienen una singularidad y una potencialidad que son distintas a las que tiene la Costa Blanca y ellos tienen que hacer sus campañas de turismo y la Costa Blanca, que es un modelo de éxito desde los años 60 en el panorama internacional, tiene que seguir trabajando y modernizándose, refrescando su imagen, pero ofreciendo esa imagen conocida internacionalmente de la Costa Blanca. Tirar por la borda la marca Costa Blanca me parece una torpeza absoluta desde el punto de vista político, única y exclusivamente porque no crees en las provincias, como lo ha escrito y lo ha dicho y porque no crees en las diputaciones, como lo ha dicho y lo ha escrito.

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– ¿Cree usted que esa tensión política está marcada por las próximas elecciones?

– Disculpe, pero tensión política la hay si yo le digo a usted que lo quiero eliminar del mapa…

– Bien, pero, ¿cree que a la vuelta del 20-D, el año próximo, se puede relajar esa tensión?

– No creo, porque hay un componente ideológico. Las provincias tienen identidad, historia y tradición; y la provincia de Alicante fuerte y unida jamás formará parte de ninguna entelequia, como pueden ser los països, a los cuales no llamo catalans, los llamo països. El modelo de provincias en el eje mediterráneo no tiene encaje en el modelo federal que defiende el señor Ximo Puig. No tiene recorrido. ¿Qué es lo que quiere hacer Ximo Puig? Eliminar la identidad de las provincias, comarcalizar como ya lo intentaron Jordi Pujol y Montilla en Cataluña en el año 80 y en el año 2010 con la Ley de Veguerías, comarcalizar la Comunidad Valenciana, eliminar la identidad de sus provincias, meterlo todo dentro de un concepto llamado País Valencià, que tiene encaje, a medio y largo plazo, en esa entelequia de los països. Estoy convencido de que dejarán en breve de hablar de Països Catalans y empezarán a hablar de Països, donde tendrán cabida el País Català, el Valencià y el Balear.

– Vamos a algo más inmediato. Ustedes acaban de presentar un estudio que analiza un proyecto que su partido ya llevaba en la campaña electoral: la creación de una zona franca en el puerto de Alicante. ¿Por qué creen que eso es importante para la provincia?

– Para empezar, ya hemos dicho que existe un déficit de inversiones en la provincia de Alicante. Tenemos la OAMI, un puerto estupendo que no recibe ayudas no estatales ni autonómicas desde hace muchísimos años, tenemos el cuarto aeropuerto de España, que está sin comunicar vía ferrocarril, algo insólito… y tenemos un déficit indudable. Y si bien pensamos que la zona franca puede ser una oportunidad para dinamizar nuestra economía, para generar economía de escala, para hacer más competitivas a las empresas que ya están ahí, coincidiendo con la incorporación al Corredor Mediterráneo y con la ampliación del Canal de Suez, que va a convertir al Mediterráneo en una nueva Ruta de la Seda… Además creemos que la zona franca es un foco para atraer inversiones, porque requiere inversiones que nos permitan arreglar todo el frente litoral de la ciudad de Alicante en su conexión con IFA, el aeropuerto, el Parque Empresarial de Elche… estamos haciendo todo esto, en vez de limitarnos a decir como hemos hecho siempre y nunca ha funcionado que Elche y Alicante tienen que caminar juntas. Vamos a hacer que esto sea una realidad. Creemos que la zona franca puede ser una fuente de ingresos importante para la provincia y la Comunidad Valenciana. Y además, no entra en colisión con el puerto de Valencia, es perfectamente compatible, nuestro modelo industrial y nuestras circunstancias son distintos. Si ganamos en competitividad en la Comunidad Valenciana, estamos vertebrando la Comunitat. Y eso no se puede hacer si no se atiende al 38 % del todo, que es la provincia de Alicante.

– Pero muchas de las cosas que usted reivindica han estado muchos años en manos de su partido y no se han hecho. ¿No es así?

– Le contestaré como dice la canción: “hábleme del nuevo día”. A mí me preocupa el presente y el futuro de esta provincia y tratar de que no volvamos a cometer los errores que hayamos podido cometer y que podamos mejorar los aciertos que hemos tenido.

– Como líder de esta nueva etapa dentro de su partido, ¿qué mensaje transmitiría a los que les retiraron su confianza?

– Les diría que somos el mismo partido que ganó las elecciones en 2011, el mismo que ha salvado a España de la crisis y que hemos pedido perdón por todos nuestros errores y somos un equipo humano formado por gente que se puede equivocar, pero que hemos rectificado: hemos eliminado la corrupción de nuestro partido y estamos intentando construir un nuevo relato para recuperar la confianza de los ciudadanos. Pero hemos hecho mucho por España.

– Usted preside la Diputación gracias a un pacto con Ciudadanos. ¿Está cómodo en esa situación?

– Estoy cómodo porque aunque el diputado de Ciudadanos no forma parte del Gobierno, tenemos un diálogo permanente y constante, estamos consensuando la inmensa mayoría de las decisiones y creo que está haciendo una buena labor. Estamos en un nuevo escenario político que requiere no tomar decisiones de manera unilateral.    

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