– Las cifras del cuadro macroeconómico en el que se sustenta el proyecto de Presupuestos de la Generalitat, ¿son del Consell o corresponden a algún organismo externo?

– Son unas cifras elaboradas por el servicio de estudios de la Conselleria de Economía, a partir de los datos de Banco de España, el Instituto Nacional de Estadística (INE), la Oficina Europea de Estadística (Eurostat), etc. El cuadro macroeconómico, como cualquiera que se haga, está evolucionando en función de multitud de factores: los problemas de los países emergentes, la cotización del euro en el mercado de divisas, la evolución de los tipos de interés o la del precio del petróleo.

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Son factores que escapan a nuestro control y que pueden hacer que la prospectiva cambie, como de hecho está cambiado en los últimos meses. Desde el FMI al propio BCE están ajustando las cifras y no necesariamente al alza. La economía está fluyendo de una manera bastante atípica, sin grandes precedentes. Las variables macroeconómicas fundamentales están actuando a veces de manera contradictoria y las variables positivas o negativas no tienen sostenibilidad.

– Parece poco optimista de cara a 2016.

– No me gustaría caer otra vez en lo de los brotes verdes. Cuando el presidente Zapatero habló de ellos eran ciertos, existían brotes verdes, pero luego entramos en la segunda recesión y todos sabemos cuál fue el final de la historia de los brotes verdes. En este caso, no creo que haya una tercera recesión y lo digo sinceramente; pero las señales de recuperación no son contundentes. Hemos de ser muy precavidos y hacer la política que toca. La política económico-financiera europea habría que haberla variado antes. Ahí está el ejemplo de la Reserva Federal americana y los resultados que está teniendo en la recuperación de la demanda interna. En Europa, hasta la llegada de Draghi, ha habido una contención excesiva, condicionada por el Bundesbank. Pero aunque las medidas de Draghi han sido mejores que las anteriores, la política monetaria tiene sus límites como palanca de dinamización.

Creo que estamos superando bastante bien esta segunda recesión; la economía española y valenciana se comportan como hace 40 años. Cuando las cosas van mal en la economía española, aquí van peor, y cuando las cosas se recuperan en la economía española, aquí van mejor. Pero eso mismo también es preocupante, porque significa que el modelo económico no acaba de ponerse al día.

Seguimos siendo una economía centrada en unidades productivas intensivas en trabajo, integradas en sectores de baja productividad, y esto hace que el percutor de subida y bajada sea mucho más profundo que en economías más asentadas, con una dotación de recursos diferente; con más capital tecnológico. Espero que esta recuperación sea robusta, pero que sirva para fomentar el cambio de modelo. El modelo actual se corresponde con el de hace 20, 30 e incluso 40 años.

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