La Fundación IVI (1997), con sede en el Parc Científic de la Universitat de València y que cuenta con una plantilla de 20 profesionales, desarrolla tres pilares fundamentales: investigación, docencia y acción social.

En cuanto a la investigación, que tiene un coste superior a los diez millones de euros anuales, no se lleva a cabo solo en la Fundación sino que se desarrolla también en las propias clínicas ya que “incentivamos que nuestros médicos investiguen y presenten proyectos en congresos, etc.”, reconoce Saurat.

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La Fundación también participa en programas de investigación subvencionados con fondos europeos y mantiene acuerdos de colaboración con la Universitat de València y con la Juan Carlos I en España y con la universidad americana Stanford, de la que es profesor el director de Investigación del Grupo, Carlos Simón.

Además de la labor investigadora, la Fundación, imparte docencia de forma amplia y muy vocacional. “El año pasado impartimos más de 100 cursos y organizamos distintas iniciativas sobre nuestro ámbito de actividad dirigida a profesionales que no pertenecen a nuestra plantilla en los que participaron más de 3.000 personas”, argumenta Saurat.

Y el tercer pilar de la Fundación es la acción social. “IVI es un grupo muy comprometido, quizá por la actividad en la que nos movemos somos muy sensibles con muchos aspectos de la sociedad”, matiza Saurat.

En concreto, las clínicas IVI aportan un 0,7 % –entre 90.000 y 100.000 euros– de sus ingresos a políticas de Responsabilidad Social Corporativa (RSC), fondos que la Fundación destina a distintos programas sociales.

Uno de ellos va dirigido a la preservación de la fertilidad. “Gracias a él ayudamos a pacientes con cáncer, que deben someterse a un tratamiento oncológico, a que puedan preservar sus gametos, ovocitos o espermatozoides y el coste de dicha preservación o congelación lo asume la Fundación”, ilustra Saurat.

Dentro de su política de RSC, el IVI también participa y financia proyectos relacionados con la medicina y la infancia que son seleccionados por el Comité de RSC. Así, han colaborado con el Colegio de Parálisis Cerebral Infantil de Cruz Roja en la construcción de un jardín sensorial para personas con discapacidad; en el proyecto de Sonrisas de Bombay, que trata de sostener una red de orfanatos en la India; y con el comité español de Acnur para proporcionar kits ginecológicos en zonas de refugiados, entre otros proyectos.