El endeudamiento total de la Generalitat asciende a unos 34.000 millones de euros. Si el Presupuesto de 2015, sin contar operaciones financieras, asciende a 13.000 millones, quiere decir que la deuda total autonómica equivale a dos Presupuestos y medio. Este es uno de los resultados, y no el más irrelevante, del injusto sistema de financiación autonómica que sufre la Comunidad Valenciana: la gigantesca bolsa de deuda que va generándose año tras año y que en algún momento habrá que frenar.

[masinformacion post_ids=»37791,37798,37810″]

En los cuadros presupuestarios de 2015 podemos ver el impacto de esto en la partida de Pasivos Financieros; es decir, los vencimientos de deuda que se producirán el año próximo, y que habrá que renovar para no caer en ‘default’. Asciende a casi 3.983 millones de euros: cerca de 1.425 millones entre líneas ICO y el Fondo de Financiación para Pago a Proveedores (ambos de 2012), otros 1.900 millones de valores emitidos por la Generalitat (los llamados ‘bonos patrióticos’), más de 660 millones que vencen en préstamos a largo plazo de entidades financieras, y más de 800.000 euros de otros préstamos del Estado. El capítulo de Pasivos Financieros crece sobre 2014 más del 35% y se convierte ya en la segunda magnitud más relevante del Presupuesto consolidado de la Generalitat, tras los Gastos de Personal.