Joan Mir, director y presidente con menos de 30 años

Joan Mir, director y presidente con menos de 30 años

2014-diciembre-lideres-Joan-Mir-06Joan Mir Piqueras lleva 56 años viviendo en el mismo pueblo donde nació, Mislata (Valencia), “casi puerta con puerta con Miquel Navarro, en el barrio de la Morería”. Casado y con tres hijos varones (Josep, Joan y Andreu), la familia parece seguir sus pasos. “Los dos mayores están trabajando en Inglaterra y el tercero, que acabó la carrera en junio pasado, está haciendo el ‘Erasmus’ en Francia. En casa se habla indistintamente el valenciano y el castellano, y con novias extranjeras de por medio, con bastante frecuencia también el inglés”.

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Le gusta hacer las cosas bien hasta el final. “He sido durante 24 años profesor de la Facultad de CC. Económicas y Empresariales de la Universitat de València. Alejandro Mollá fue mi director de tesis. La leí en el 96”. Hasta hace tres años compatibilizó el trabajo empresarial con el docente. “Durante estos años he dado cursos de doctorado, de marketing, de marketing internacional, etc., pero mis días también tienen 24 horas, y aunque había gente en el consejo rector de Anecoop que quería que siguiese con la docencia, ya no podía. Lo hablé con mi mujer y tomé la decisión”.

– ¿Sobre qué hizo la tesis?

– Comercialización de productos hortofrutícolas en fresco.

En enero del 78, estando en primero de carrera, entró a trabajar como administrativo en Grupo Iber. “Estuve en la empresa hasta finales del 90 y la dejé siendo director general, consejero-delegado y presidente de todas las empresas del grupo”.

– ¿Cual fue su trayectoria en Grupo Iber y por qué dejó la empresa?

– Empecé en primero de carrera. Iba por la tardes tres horas a introducir facturas en la contabilidad. Compatibilicé la carrera, el servicio militar y el trabajo por las tardes. Cuando acabé el servicio militar, en el 80, ya había hecho 1.º, 2.º y 3.º, y empecé a trabajar en la empresa a jornada completa. Hice 4.º y 5.º trabajando en Iber, donde poco a poco fui ganando la confianza de la dirección y los propietarios. Ocupé la Dirección Comercial y luego la Dirección General. Finalmente, antes de cumplir los 30 fui nombrado consejero-delegado y presidente de las empresas que formaban el Grupo: Hispainox, Baterinox e Iberinox.

El Grupo llegó a facturar casi 13.000 millones de pesetas, con unos beneficios de 1.200 millones. Cuando me nombraron director de Iber ganaba 200 millones, y gracias al trabajo que hicimos el equipo que se formó, se convirtió en una de las grandes empresas de la Comunitat, con un modelo de negocio complicado: fabricar artículos de menaje para el hogar, que llegaban al consumidor a través del canal de venta domiciliaria.

¿Por qué lo dejé? Pasó lo que pasa muchas veces en las empresas familiares que van bien: cuatro familias, 12 hijos, bastantes ya casados, etc. Cuando las cosas van tan bien como iban en Iber, todo el mundo quiere estar en la empresa, opinar y mandar, y así es muy difícil gestionar nada. Para mi fue una experiencia magnífica, en la que aprendí mucho y conocí a grandes profesionales, a gente con visión, como Ramón Cervera o Julio Rivelles. Además, económicamente estaba como no he vuelto a estar en mi vida, Incluso me dieron acciones, pero la situación se hizo bastante difícil. Yo no había cumplido los 30 y no estaba satisfecho con lo que pasaba en el grupo. Era el momento de irme, aunque siempre estaré agradecido a Iber por la experiencia.

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