Cristóbal Aguado

Tanto Cristóbal Aguado, presidente de AVA-Asaja, como Ferran Gregori, técnico del Sector del Vino de La Unió de Llauradors i Ramaders coinciden en señalar que en la Comunidad Valenciana no se ha producido una sobreproducción de uva en la presente campaña y que esa información únicamente obedece a una estrategia para bajar los precios.

[mepr-rule id=»598″ ifallowed=»show»]Para AVA-Asaja, la difusión en los medios de comunicación de imágenes de colas de productores en bodegas de Castilla-La Mancha, no se corresponden con la existencia de un problema de sobreproducción, sino con una estrategia comercial premeditada por parte de la gran industria vitivinícola española con el objetivo de presentar una coyuntura que le permita negociar precios en origen a la baja. “Es cierto que la cosecha en esta comunidad podría ascender hasta un 27% respecto a la media de los últimos años y que, además, su entrega al almacén se ha concentrado en unos pocos días debido al retraso de las variedades más tempranas. Pero no es menos cierto que en las temporadas con producciones mayores (2003 y 2004) no se llegaron a producir largas colas en las bodegas”, matiza Cristóbal Aguado.

Para Ferran Gregori, “la superproducción es un invento interesado por parte de algunos”. En su opinión, la consecuencia de esta superproducción “que no es tal, ha influido en los precios en origen. Es decir, en aquellos que repercuten en el agricultor”.

En esta misma línea, y según han observado desde La Unió de Llauradors, “durante los últimos meses de 2012 y hasta marzo de 2013 aproximadamente, los precios en la Comunidad Valenciana eran similares a los del resto de España. Sin embargo, a partir de abril, mientras en el resto del Estado español estos continúan subiendo, en nuestra Comunidad comienzan a bajar o se mantienen estables, pero ya con valores inferiores”, incide Ferran Gregori.

“En agosto, –continúa el representante del Sector del Vino de La Unió de Llauradors–, los precios en la Comunidad Valenciana ya eran menos de la mitad que en el resto de comunidades autónomas y aún no se hablaba de la supuesta superproducción. Evidentemente, en la fijación de precios han intervenido factores distintos como pude ser el control de los mismos por parte de los comerciantes”.

Ferran Gregori

Según los datos que baraja AVA-Asaja, la cosecha de uva en la Comunidad Valenciana será similar respecto a la media de los últimos cinco años y se situará en una cantidad algo superior a los 260 millones de kilos. La principal zona productora, Utiel-Requena, alcanzará los 200 millones de kilos a pesar de los graves temporales de pedrisco registrados a lo largo de la primavera y el verano.

En el conjunto de la Unión Europea, tal y como explica Gregori, hay más producción que en la campaña pasada (15%), “pero si tomamos como referencia la producción de las últimas siete campañas, estamos en la media (-1%). De hecho, los países de mayor producción, Francia e Italia, están un 9% y un 7% por debajo de la media del periodo 2006-2012”.

Si tenemos en cuenta la producción de países como Chile y Argentina, –continúa Ferran Gregori– “las heladas que se han registrado allí, provocarán una cosecha media baja. Por tanto, no cabe esperar un colapso en el comercio mundial. El miedo a la superproducción mundial y al colapso del comercio es mentira y únicamente obedece a una estrategia para hacer bajar los precios”.

COSECHA DE BUENA CALIDAD

En cuanto a la calidad de la uva, los representantes de AVA-Asaja y La Unió de Llauradors i Ramaders señalan en que será buena. A pesar de que se han producido dos momentos diferenciados, tal y como esclarece Gregori. “El inicio de la vendimia se ha retrasado unos diez días debido a factores climatológicos, aunque mucha gente considera que se ha vuelto a las fechas habituales de vendimia. Es decir, que lo que sucedió en anteriores ocasiones fue un adelanto anormal de la misma”.

Y por otra parte, “a finales de septiembre, y como consecuencia de unas condiciones climatológicas adversas marcadas por un exceso de calor y de humedad, empezaron a aparecer algunos problemas de podredumbre, lo que obligó a acelerar la vendimia”.

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