Javier Fur, presidente del Círculo de Economía de Alicante

Desde hace cuatro años, Javier Fur preside el Círculo de Economía de Alicante. Durante el periodo de crisis económica más acusada de las últimas décadas, la institución ha puesto especial empeño en difundir las buenas prácticas empresariales y en proporcionar a los directivos herramientas de gestión que conviertan a sus empresas en más eficaces. Cree que una cierta mejoría económica hace que los ejecutivos comiencen a mirar al futuro con moderada esperanza, pero opina que Alicante no es tratada justamente en el reparto de recursos públicos.

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Aunque su denominación actual data de 1997, el Círculo de Economía de Alicante hunde sus raíces en los años 60 del pasado siglo, cuando se fundaron dos asociaciones que jugaron un importante papel en el desarrollo empresarial de la época, como el Club de Alta Dirección Empresarial (Clade) y el Club de Marketing, posteriormente fusionados en Clademark, antecedente inmediato de la actual asociación. Sin embargo, el Círculo que hoy preside Javier Fur ha redoblado en los últimos cuatro años su actividad, convirtiéndose durante el periodo más oscuro de la crisis en uno de los escasos foros que trata de orientar a directivos y profesionales alicantinos en los difíciles tiempos actuales. Se trata de una asociación sin ánimo de lucro, integrada en la red Cede (Confederación Española de Directivos y Ejecutivos), a la que pertenecen más de 140.000 ejecutivos españoles.

– Hace cuatro años que su directiva se puso al frente del Círculo, ¿cuál ha sido su aportación?

– Hemos tratado de aportar mayor conocimiento al directivo y poner a su disposición nuevas herramientas de gestión, de la mano del convenio que tenemos con la Universidad de Alicante y su departamento de Organización de Empresas. Y hemos potenciado mucho la relación que teníamos con Cede, a cuya junta directiva pertenecemos, lo que nos ha permitido contar con algunos de los mejores directivos españoles de todos los sectores. De hecho, hoy nos consideran una asociación referente por nuestra actividad a lo largo del año. Ahora vamos a incorporar nuevos miembros a la junta, con el objetivo de abrirnos más a la provincia y no estar tan centralizados en la capital.

– Como observadores de primera línea, ¿creen que el empresariado alicantino vislumbra ya tiempos mejores?

– Es cierto que aparecen indicadores que apuntan bien: crecimiento sostenido, mejora de la confianza internacional, más inversiones y exportaciones; una mejora de la capacidad de competir por la reducción relevante de nuestra prima de riesgo y una consistente reactivación del crédito… pero sigue habiendo mucho que hacer tanto en la confianza de empresarios y consumidores, como en la realidad de una industria capaz de absorber los extraordinarios excedentes laborales generados en estos años de crisis. Con un 24% de la población activa en paro, el 50% en menores de 25 años, solo podemos afirmar que la recuperación sigue siendo débil. Además, nuestra economía está muy abierta al exterior, por lo que está muy condicionada por la coyuntura internacional, especialmente la que afecta a la Unión Europea.

– ¿Y estamos bien situados para los nuevos tiempos?

– Nuestras previsiones comienzan a ser razonablemente optimistas. Llevamos dos años con reducciones del número de parados registrados e importantes crecimientos en altas en la Seguridad Social. Vamos por buen camino, pero no podemos despistarnos. Y hay que destacar que no recibimos un trato equiparable al de otras regiones y provincias españolas.

– ¿Se está refiriendo a la financiación pública?

– Sí. El director de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), Ángel de la Fuente, declaraba en una conferencia en la que colaboraba el Círculo que si llamamos 100 a la financiación media por habitante en el conjunto de regiones no forales, la Comunidad Valenciana estaría en 93 y Cantabria en 118, sin razones para ello. Y, según datos del Instituto de Estudios Económicos de Alicante (Ineca), en 2015 el Estado invertirá en cada alicantino 187 euros sobre una media nacional de 236 euros, un 21% menos. Y ocurre lo mismo con los presupuestos de la Generalitat Valenciana, que asignan a cada alicantino 25 euros, 6,5 euros menos que la media de la Comunidad.

– El Círculo organiza actividades prácticamente semanales. ¿Qué tipo de asuntos interesan más al directivo actual?

– Ahora mismo la empresa empieza a mirar un poco hacia delante, algo que no hacía en los últimos años debido a la necesidad de centrarse en un día a día en el que se jugaba su propia supervivencia. Ahora el empresario ya mira al futuro y se preocupa por cosas como la mejora de procesos, que cada vez interesa más, y todo lo relacionado con la internacionalización genera expectativas.

– Se habla mucho de que las pymes también pueden acceder a mercados exteriores. ¿Es así?

– Los empresarios pequeños se van dando cuenta de que si nos unimos, tenemos oportunidades. Y la internacionalización debe ser un planteamiento imprescindible en las empresas de hoy. Como dice un libro del presidente de la división internacional del Grupo Mondragón, «España está en crisis, pero el mundo no”. Y en este punto las empresas alicantinas tenemos mucho recorrido. En general, la predisposición al cambio es hoy mucho mayor que hace cuatro años, cuando la negatividad era total.

– En algunas de las charlas y eventos que organizan se percibe una preocupación por la ética relacionada con la gestión de empresas.

– Sí, de hecho tenemos un foro próximamente sobre la integridad del directivo. Años atrás hemos visto que se primaba a gente que sin estar formada no se ha preocupado más que en dar un pelotazo, dejando de lado la cultura del esfuerzo. Si queremos cambiar la imagen de este país, tenemos que empezar por concienciar a la sociedad para que recupere el valor del trabajo y la honradez, y que eso se transmita a los equipos empresariales. La crisis ha sido más una crisis de valores que otra cosa. Se perdieron valores tradicionales como la confianza, la honestidad, la visión a largo plazo, el respeto por el entorno… y en la medida que podemos hemos aportado nuestro grano de arena para que esos valores se recuperen.

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