Alicia Andreu (ITC)

En los últimos años, explica Alicia Andreu de la unidad de Medioambiente del Instituto de Tecnología Cerámica, el centro tecnológico ha apostado por el desarrollo de nuevos materiales y materiales inteligentes orientados al sector de la construcción, así como por proporcionar nuevas soluciones en los campos de la descontaminación, filtración y depuración aguas y en todo lo relativo a la calidad del aire.

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En el ámbito energético, el ITC se ha volcado con una de las energías renovables más innovadoras: la geotermia somera con intercambiador de calor con acuíferos. “Apostamos por ella porque creemos que es una energía renovable de fácil implementación en cualquier superficie, simplemente hay que detectar subterráneamente el nivel freático donde se encuentra el acuífero y hacer unos estudios geológicos bien definidos y caracterizados, es decir no solo se trata de tener un sistema geotérmico idóneo, sino también de haber hecho un buen estudio del subsuelo y un buen diseño de lo que es la instalación, aspectos en los que el ITC presta asesoramiento”. No obstante, Andreu reconoce que en España existen algunas limitaciones y barreras administrativas y legales que dificultan el desarrollo de esta energía, “estamos trabajando con las administraciones para superar estas barreras como se ha hecho en otros países del norte de Europa, donde esta tecnología está ampliamente implementada, ya que es, de las renovables, la más limpia y de la que más continuo es el suministro energético”. 

Algunas de las tramas burocráticas a las que hace referencia Alicia Andreu tienen que ver con la consideración del agua extraída del acuífero como agua residual industrial, lo cual requiere unos permisos especiales y una infraestructura de tratamiento más costosa. El objetivo es diseñar la norma idónea que pueda fomentar el empleo de esta energía, por ello, ITC forma parte de distintas redes o grupos de trabajo para abordar con las administraciones posibles soluciones que potencien su implementación o faciliten los trámites burocráticos.

Andreu expone que esta tecnología es mucho más eficaz cuando el intercambiador de calor actúa entre el suelo y el acuífero, “se consigue mucha más transmisibilidad térmica para obtener la energía necesaria para suministrar calor/frío en la edificación”.

En este sentido, ITC cuenta con un proyecto europeo E-USE en marcha que consiste en el desarrollo de un demostrador en la provincia de Castellón para una piscina pública. En cuanto a su viabilidad económica, Andreu confirma que algunas de las ingenierías con las que están colaborando han conseguido reducir los costes de la infraestructura prácticamente a la mitad en los dos últimos años. “Estamos viendo instalaciones en las que en menos de cinco años se ha recuperado la inversión, no obstante, existe una barrera casi más importante que es el desconocimiento”.