Con 55 años, que cumplió el pasado abril, Jesús Tejel, que ha desempeñando los últimos años las funciones de director de Deloitte en la Comunidad Valenciana y Región de Murcia, se retira de la empresa.

Jesús Tejel

 – ¿Por qué estas grandes firmas de servicios empresariales prescinden de sus profesionales con mayor experiencia a estas edades?

– En las firmas de servicios profesionales, y en el caso concreto de Deloitte, lo habitual es que se alcance la condición de socio después de una carrera profesional, que pasa por diversas etapas, cada una de ellas con unas funciones y responsabilidades diferentes, pero siempre con un nivel de exigencia y de compromiso alto.

[mepr-rule id=»598″ ifallowed=»show»]Nuestro modelo se basa en un esquema de promoción interna, que permite al profesional ir ascendiendo en la organización hasta el nivel de socio. Esta condición no se adquiere mediante la compra de acciones o participaciones, sino que se basa en la continuidad en la prestación de los servicios. Ello conlleva la necesidad, yo casi diría la obligación, de que el modelo permita dar permanentemente el paso a nuevos socios jóvenes, como en su día lo hicieron con nosotros.

– ¿Va a mantener algún nexo de relación con Deloitte los próximos años?

– No tengo previsto un planteamiento de relación directa con la Firma después de mi retiro. En honor a la verdad, las oficinas en las que he tenido la suerte de trabajar (las de la Comunidad Valenciana y Murcia y las de Aragón y la Rioja) cuentan con magníficos socios, que sin duda serán capaces de continuar con el desarrollo y crecimiento de las mismas. Obviamente, estaré a su disposición para cualquier aspecto en que consideren que pudiera serles de ayuda.

– ¿Qué es lo más importante que le ha aportado el trabajo en Arthur Andersen/Deloitte?

– Después de 33 años ininterrumpidos, creo que valores como el esfuerzo, el trabajo en equipo, el espíritu de servicio a los clientes y a las personas, la honestidad, etc., son los que han constituido la mayor y mejor enseñanza que he recibido, y que me resultarán de utilidad siempre para cualquier actividad que acometa en el futuro.

– Uno de los efectos de la crisis que padecemos es poner en duda la utilidad del trabajo de auditoría. Prácticamente todas las grandes firmas que trabajan en España han tenido algún cliente con informe de auditoría “limpio” que ha acabado en escándalo. ¿Qué es lo que ha pasado?

– El número de casos en los que se ha planteado tal tipo de situación es mínimo en relación al número de auditorías que se hacen cada año en nuestro país. Es cierto que algunos tienen una mayor repercusión mediática por cuestiones ajenas al trabajo del auditor, pero no siempre se conoce bien cuál es la función del auditor. No es detectar fraudes ni cuestionar la gestión de los administradores. Para ello existen otro tipo de servicios y profesionales que los prestan, que no son los auditores de cuentas.

La responsabilidad del auditor es expresar una opinión independiente sobre si los estados financieros, que son formulados por los administradores de la sociedad, recogen en su conjunto la imagen fiel de la compañía sobre la base de un determinado marco contable normativo.

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