Juan José González, ingeniero químico y director general de Innóvalis

Tras varios años trabajando en diversas consultoras, Juan José González decidió abrir sus propia empresa para obtener ayudas a la innovación. Este ingeniero químico prefirió centrarse en un sector en lugar de extender su actividad a un amplio abanico de sectores productivos.

Así nació hace siete años Innóvalis, una consultora en temas de innovación especializada en el sector agroalimentario. “Somos -afirma- la única consultora en nuestro campo para el sector agroalimentario”, lo que les convierte en una firma con clientes en todo el arco mediterráneo.

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Porque realizar un proyecto de innovación para el sector agroalimentario tiene sus peculiaridades. Esta especialización es la que ha impulsado el crecimiento de la empresa, única en la Comunidad Valenciana y con solo un par de competidores más en el resto de España.

Innóvalis cuenta en la actualidad con 18 empleados, todos ellos altamente cualificados: ingenieros y economistas cuya misión es ayudar “a las empresas a encontrar incentivos para financiar los proyectos de innovación”, añade su director general.

Pero no se quedan en la búsqueda de ayudas, sino que también aportan ideas y, al tener un conocimiento profundo del sector y de las empresas que lo constituyen, pueden promover proyectos en cooperación que serían inviables en caso de acometerlos en solitario.

Una de las claves de su proyecto empresarial es que Innóvalis trabaja a éxito. Es decir, si obtienen el resultado perseguido –ayudas, subvenciones o exenciones fiscales– se llevan un porcentaje. En caso contrario, el ingreso es cero.

Con esta filosofía de trabajo, la consultora, que comenzó con su fundador como único empleado, facturó el pasado año 800.000 euros y prevé un crecimiento anual en torno al 30 %.

Fomentar buenas experiencias

Las empresas no suelen tener buenas experiencias cuando solicitan estas ayudas, porque la tramitación es complicada y difícil de seguir. Sin embargo, Innóvalis tiene una larga experiencia en hacer los seguimientos de las solicitudes, pero, sobre todo, “sabemos identificar esa innovación, ponerla en valor y la transformamos para que la empresa crezca y pueda contratar”.

González refiere su experiencia con algunas pymes que empezaron con un pequeño proyecto y en la actualidad desarrollan un importante número de innovaciones, lo que les ha permitido contratar más empleados, más cualificados.

Otra de las carencias que la consultora trata de suplir es la falta de experiencia a la hora de presentar proyectos de una forma atractiva. “Ahí hacemos una auténtica labor formativa”, añade González.

“La empresa desconoce dónde están las oportunidades, cómo aprovechar incentivos fiscales… situaciones que afectan a la competitividad y que ayudamos a corregir”.

Una labor que casi puede calificarse de adoctrinamiento y los resultados hacen que la dirección se sensibilice y solicite nuevos servicios, porque, como recuerda González, innovación puede ser un tratamiento poscosecha, un fitosanitario o un envase.

Innóvalis desde su sede central en L’Alcúdia atiende a un centenar de clientes, de los que aproximadamente un 15 % son productores y el 85 % restante son empresas transformadoras: cuarta gama, zumos…  una actividad donde hay más margen a la innovación.

Aunque mayoritariamente sus clientes son de la Comunidad Valenciana, tienen mercado en Pamplona, Madrid, Murcia -donde han abierto una segunda oficina de proximidad para atender a un mercado que supone ya el 20 % de sus clientes- y en Mallorca, donde la consultora también se está planteando abrir una delegación, debido a las excelentes perspectivas de crecimiento. “Acabamos de entrar –matiza Juan José González– y estamos creciendo muy deprisa. No tenemos competidores”.

A pesar de las dificultades, Innóvalis recomienda participar en proyectos europeos, “porque dan posicionamiento y haces marca, aunque el beneficio económico sea poco tangible al principio. Por otro lado, el porcentaje de éxito es reducido, en torno a un 10 %, porque son proyectos muy exigentes donde hay mucha competencia para participar. Yo soy partidario de optar primero a todas las ayudas nacionales”, concluye González

Innocube: Apoyo al emprendedor

El proyecto más querido en estos momentos por González es la puesta en marcha de Innocube, un sistema de apoyo al emprendedor cuyo objetivo es paliar la soledad, en todos los sentidos, de aquel que se plantea llevar a cabo una actividad nueva e innovadora.

Una iniciativa que proporcione formación útil, “ayudarles a que, sin tener un socio capitalista, ese negocio no lo pase mal económicamente. Darle las herramientas para obtener recursos que le permitan desarrollar su negocio, que sepan incluso monetizar sus pérdidas, porque es posible”.

Lo que empezó siendo un proyecto interno de formación, el pasado año ya se convirtió en un proyecto de inversión e incluso encontrando financiación para los proyectos, poniéndoles en contacto con empresas de capital riesgo.

Para el próximo lanzamiento, que tendrá lugar antes de verano, González prevé seleccionar entre cinco y diez proyectos que podrán apadrinar al año. Eso sí, proyectos que deberán estar relacionados de alguna forma con el sector agroalimentario.     

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