Álvaro Sánchez Concellón, director general de AEC

El 22 de febrero de 1999, se constituyó la Asociación Española de Empresas de Componentes y Maquinaria para el Calzado (AEC), de la unión de asociados capaces de abordar los retos del siglo XXI, defendiendo los intereses comunes demandados por el sector.

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AEC se convirtió en la referencia de un sector en auge que, cada año, aportaba más a la economía española y, más concretamente, a la economía Valenciana, representando un alto porcentaje de su industria. Álvaro Sánchez Concellón es su director general.

– ¿Cuáles son los objetivos principales de AEC?

– El objetivo principal de la asociación es liderar los retos a los que se enfrenta el sector. La asociación ayuda a las empresas a ser mucho más competitivas tanto en el ámbito nacional como internacional. Nuestros objetivos para estos próximos tres años son seguir creciendo y potenciar la presencia de los componentes españoles en nuevos mercados tanto físicos, como digitales; favorecer la contratación de nuevos profesionales; e incrementar el nivel de competitividad de nuestras empresas.

– ¿Cuántas empresas integran la asociación?

– La asociación cuenta con 200 empresas que representan a más de 600 firmas. Mueven un volumen de negocio de más de 850 millones de euros anuales y dan empleo a cerca de 9.000 personas que trabajan con un objetivo común, la potenciación del sector y de la marca Footwear Components From Spain. Pertenecen a los subsectores industriales y comerciales de los componentes para el calzado y la marroquinería destacando la piel y el curtido, el textil, el caucho y el plástico, la madera, el metal, la química, los envases, las artes gráficas, diseñadores y maquinaría.

– ¿Cómo afectó la crisis al sector en general y a las empresas alicantinas en particular? ¿Cómo se han adaptado a la difícil coyuntura económica?

– La crisis en general ha hecho mucho daño a nuestro sector destruyendo un gran número de empresas y, por ende, de puestos de trabajo. Para nosotros, la gran crisis comenzó mucho antes, a partir del momento en el que las empresas del calzado comenzaron a fabricar fuera de España buscando precios de mano de obra más económicos y mayores márgenes comerciales. Un gran número de nuestras empresas vio reducida su facturación hasta en un 80 %, tal es así que se vieron obligadas al cierre al tener que soportar además grandes estructuras industriales que encarecían gravemente sus gastos generales y mermaban los resultados de explotación.

Las empresas tenían dos alternativas: cerrar o reconvertirse. Gracias a esta crisis hoy hay muchas empresas que han salido reforzadas y dispuestas a abordar cualquier situación por difícil que esta sea.

Se fueron adaptando de dos maneras, a nivel estructural y a nivel estratégico y comercial. A las que no tenían trayectoria internacional les costó mucho más superar la crisis. Hay que añadir que las empresas pusieron el foco de atención en la diversificación desarrollando productos para otros mercados y otros sectores, como la construcción, la seguridad, el transporte, el automóvil, la aeronáutica… Así encontraron oportunidades muy interesantes que hoy les han permitido o bien crear nuevas empresas, o bien incrementar en algunos casos hasta en un 200 % su volumen de negocio.

El sector del calzado tradicional se enfrenta en los últimos años a un importante proceso de reestructuración derivado de la globalización de la economía, que se ha traducido en un incremento de la competencia internacional por la entrada masiva de producciones procedentes de los países asiáticos. Ante esta situación y tras diversos intentos por muchas empresas de mantener sus niveles de producción mediante la deslocalización y teniendo en cuenta los cambios que han acuciado la crisis asiática, la industria española del calzado, por gracia, ha vuelto a sus orígenes, favoreciendo la producción del calzado en nuestros país y, por consiguiente, la de los componentes.

– ¿Qué balance hace de 2016?

– Positivo, tanto para las empresas, como para la asociación. El sector de los componentes registra un volumen de negocio cercano a los 1.400 millones de euros y ha generado un crecimiento del 10 % en el último año en exportación de productos a todo el mundo.

– ¿Qué previsiones pueden hacerse a corto y medio plazo?

– Creemos que buenas, los mercados están comportándose de una manera atípica pero, sin embargo, el componente español cuenta con una imagen de muy alta calidad a un precio muy competitivo.

– ¿Qué porcentaje de su facturación procede de  la exportación? ¿Cuál ha sido y como se prevé que será la evolución de las ventas externas?

– La media de nuestras empresas nos indica que el 45 % de las ventas proceden del exterior, aunque algunas alcanzan un 65 %. A medida que se decide fabricar en Europa estas cifras aumentan.  

– ¿Han variado mucho las estrategias de marketing en los últimos años? ¿Siguen las ferias representando el mismo papel que hace años?

– Han variado considerablemente, ya que hace años las empresas se limitaban a la venta comercial en ferias y a través de misiones comerciales directas o inversas. Hoy en día, las empresas desarrollan colecciones mucho más atractivas, presentando su muestrario a través de profesionales especializados. Disponen de canales de comunicación propios, webs muy atractivas y, en algunos casos, catálogos digitales. Todavía no hemos alcanzado el nivel de las empresas del calzado de inversión en publicidad, pero sí que desarrollamos un gran esfuerzo en innovar e investigar y crear nuevas líneas de productos.

En cuanto a las ferias, para nuestro sector siguen siendo muy importantes, por supuesto que han evolucionado y hoy en día son más lugares de encuentro que ferias en las que se cierren ventas, pero siguen teniendo muy buena acogida.

– ¿Cómo ha ido la pasada edición de Futurmoda?

– Las expectativas han sido muy altas, ya que estamos viviendo un momento muy importante de crecimiento. Se ha triplicado el número de expositores en un par de años, aunque la feria tiene que seguir creciendo. Todo depende de lo ambiciosos que queramos ser y de las estrategias que fijemos de ahora en adelante.

– ¿Cómo se ha adaptado el sector a la revolución digital?

– En cierta medida, no hemos avanzado mucho, tal vez no hemos sido capaces todavía de animar a las empresas a emprender ese reto. Pero estoy seguro que en un futuro no muy lejano nos veremos todos obligados a adaptarnos y, por supuesto, a integrarnos en un sistema digital.

– ¿Qué puede hacer AEC para contribuir a potenciar la innovación en las empresas que la forman?

– Fundamentalmente actuar de catalizador y gestor de proyectos innovadores, apoyándose en todo tipo de profesionales especializados que aporten valor a las empresas y otorguen soluciones tecnológicas, nuevas herramientas y por supuesto oportunidades de negocio.

– ¿Qué importancia tiene la creación de una marca como Footwear Components From Spain?

– Su importancia es total, es nuestra marca y nuestra imagen de identidad. Y para las empresas la mayor garantía de éxito cuando salimos al exterior, pues bajo la marca Footwear Components From Spain, hay unos valores intrínsecos, que representan el diseño, la calidad y el buen servicio de nuestras empresas, valores con los que se promociona todo el sector nacional de los componentes para el calzado.      

– ¿Están satisfechos con el apoyo recibido desde la Administración? ¿Qué necesitan y que demandan las empresas del sector?

– Después de todo lo que nos ha pasado en los últimos años no podemos decir que estemos satisfechos. Sí que pensamos en cierta manera, que estamos desatendidos, por qué no decirlo, bastante abandonados. Entendemos que son momentos todavía difíciles, pero no imposibles para que desde la administración se replanteen incentivos y apoyos a las empresas, para generar mayor nivel de riqueza y competitividad y crear mayor número de puestos de trabajo.   

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