Socio director del Grupo Ifedes

Acabamos de estrenar año y es inevitable preguntarse qué hacer para afrontarlo con éxito.

Optimismo. Parece que por mejoría de los principales indicadores y lo que trasladan, tanto entidades como expertos, las expectativas para las empresas en este 2015 empiezan a mejorar. Vemos un aumento de la demanda interna, mejora el empleo y, conjuntamente con reformas estructurales, permitirá que las empresas afronten el 2015 con mejores números que los años anteriores.

Durante este periodo muchas de las empresas que han hecho los deberes, ajustando sus estructuras a la nueva realidad, re-enfocando sus modelos o reinventándose, se encontrarán un panorama en el que mejorará la financiación y el apoyo institucional es cada día mayor.

Aun así, prudencia generalizada. Aunque se confía en un mejor año para las empresas, hay que ser conscientes de que las condiciones para algunas compañías no son aún las mejores. Las inversiones no han despegado todavía y la morosidad es un hándicap importante.

Sigue siendo clave el tamaño de las empresas. No se trata de crecer por crecer, debe ser una decisión estratégica vinculada a la tipología de empresa y estructura del mercado. La competitividad de muchos sectores y actividades requiere un tamaño mínimo y quien no lo alcanza se encuentra en desventaja. Hay muchas formas o modelos para ello, y cada empresa tiene que encontrar el que estratégicamente y culturalmente esté alineado con su modelo. 

Otra de las claves es la vinculación familiar que, en muchos casos, requiere profesionalización y visión global. Son variables que hacen que tengamos grandes retos en estas líneas de actuación.

La orientación a mercado y focus como reto. Mantenerse enfocado en nuestro negocio principal en las fortalezas básicas es el camino. Para ello, debemos incidir en el enfoque a mercado; es decir, orientarse a la demanda y, más que nunca, tener en cuenta las necesidades del cliente y apostar por una constante innovación, buscar donde están las nuevas oportunidades de mercado, nichos, áreas geográficas, públicos objetivo… En definitiva, hay que trabajar el futuro.

Tener en cuenta que el mercado es global y hay que impulsar un crecimiento ordenado y profesionalizado. Hablamos de innovación en los modelos de negocio y en plantearse qué debemos hacer en los próximos años para seguir siendo competitivos. ¡La competitividad es temporal!

El talento es una oportunidad, pero ahora si cabe más. A medida que la economía crezca y la tasa de desempleo baje, el grupo de candidatos que tienen las habilidades necesarias para ayudarnos a competir en los mercados actuales se reduce. Por este motivo, otro de los grandes retos en este 2015 será encontrar e incorporar el talento que necesita nuestra compañía. 

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