La cooperativa, asesorada por Fevecta en sus inicios, se dedica a la rotulación gráfica y señalización y está especializada en aplicaciones de imagen corporativa. Entre sus principales objetivos se encuentra mimar y cuidar el proyecto desde la primera idea hasta la materialización y montaje del mismo.

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«Hace catorce años, tres personas con espíritu inquieto, ganas de innovar y hacer cosas diferentes dentro del sector del diseño, decidimos formar un equipo y salir a la calle a demostrarlo. Los tres nos conocíamos, los tres trabajábamos en el sector de las artes gráficas y compartíamos inquietudes afines, similares principios y valores esenciales: pequeños placeres de lo cotidiano, de la simplicidad del vivir y del convivir. Es decir, una misma manera de pensar”. De esta forma, describe Jose Molina Martínez, socio gerente de Simbols, los inicios de la cooperativa.

La compañía, que comenzó su andadura en octubre de 2000 en Alzira y que está integrada en el tejido cooperativista de la comarca de La Ribera.

Simbols fue asesorada por Fevecta en sus inicios ya que el modelo cooperativo “encajaba con nuestra profesionalidad y ha demostrado ser la modalidad empresarial más viable para poder plasmar nuestra sintonía en ideas y valores”, añade Molina.

Sus impulsores, que ya contaban con una amplia experiencia laboral, tenían claro que no querían reproducir en su modelo de negocio “mentalidades arcaicas con poca implicación del equipo, como con las que habíamos convivido”, matiza Molina. De hecho, con este proyecto buscaban crear un ambiente alegre, donde cada uno pudiera dar lo mejor de sí mismo y respetara sus señas de identidad: honestidad, solidaridad, equidad y transparencia.

Actualmente, continúa Jose Molina, “Simbols es una joven y reconocida cooperativa con elevada conciencia social, que innova e investiga nuevas formas y materiales para personalizar diseños funcionales”.

Su equipo humano está integrado por seis personas, de los cuales tres no son socios cooperativistas, aunque, puntualiza Molina, “sí comparten nuestra filosofía de trabajo”. De hecho, dentro de la cooperativa cada uno tiene su función ya que “todas las personas formamos un engranaje común, en el cual nos implicamos continuamente tanto de cara a las decisiones técnicas, como las productivas”, señala Molina.

La cartera de clientes de la compañía está repartida en un 60% entre administraciones públicas (espacios expositivos, museos…) y profesionales del sector (arquitectos, diseñadores gráficos e industriales, interioristas, decoradores, agencias de publicidad…) y el 40% restante son empresas privadas y particulares, que “posiblemente, –aclara Molina– no tengan relación con el mundo del arte y el diseño pero sí necesitan que su marca consiga que su empresa alcance unos buenos niveles de imagen. De ahí que nos esforcemos en reconocer el corazón de su negocio/producto y las sensaciones que quiere provocar”.

Por otra parte, desde sus inicios se marcaron una serie de objetivos para diferenciarse de sus competidores como la calidad tanto de los profesionales como de los materiales; la responsabilidad y la seriedad empresarial; el respeto por el medioambiente; y la colaboración en el ámbito social. “Todo ello nos ha llevado a un crecimiento moderado, sólido y prudente teniendo en cuenta que nuestros planteamientos de futuro no han incluido nunca un crecimiento veloz. Todo lo contrario, nos hemos propuesto afianzar los puestos de trabajo actuales, crear sinergias con empresas del sector donde podamos apoyarnos y de ese modo colaborar cuando el proyecto requiera una mayor infraestructura”, clarifica Molina.

Por lo tanto, dilucida el socio gerente de la cooperativa, “en Simbols conceptualizamos, diseñamos, asesoramos, producimos aplicaciones de imagen corporativa, señalización y rotulación gráfica; desarrollamos, junto a colaboradores profesionales del sector, los contenidos; y elaboramos proyectos expositivos, combinando creatividad, innovación y los últimos recursos tecnológicos”.

A la hora de llevar a cabo un proyecto, incide Jose Molina, “tenemos en cuenta las necesidades de cada cliente (sea una institución pública o privada) y de cada profesional”.

Del mismo modo, una de las máximas de Simbols es mimar y cuidar al cliente “desde las primeras ideas, la maduración del proyecto, la producción, hasta el último detalle del montaje, sea el producto o el servicio que realicemos. Es decir, desde el primer contacto bien sea con un diseñador, arquitecto, interiorista… nos implicamos con profesionalidad, trabajando codo con codo, asesorándoles en materiales (impresión digital, metales, madera, cristal, barro, vinilo, iluminación…) y acompañando a la idea personalizada más allá de su entrega o montaje, controlando los resultados y encargándonos de su adecuado mantenimiento”.

Los recursos y materiales que utilizan en Simbols son fruto de su formación y trayectoria profesional. Así, el vinilo adhesivo es uno de los pilares básicos de su producción, bien sea recortado o impreso y aplicado sobre diversos soportes o acabados. A estas cualidades se une su cualificación en nuevas tecnologías y materiales que “son nuestro respaldo a la hora de ofrecer servicios y productos de la máxima calidad a nuestros clientes”, especifica Molina. Además, añade, “la continua evolución del mundo del diseño ha provocado que nuestra labor de investigación e innovación ocupe un porcentaje elevado de nuestros recursos con el fin de ofrecer a clientes y colaboradores los mejores resultados”.

En cuanto a los proveedores, desde Simbols siempre han intentado fortalecer lazos comerciales con empresas que pudieran suministrarles aquellos materiales y mecanizados que surgían en sus proyectos. “A lo largo de nuestra trayectoria hemos encontrado profesionales con principios similares a los nuestros. Gracias a ellos nos enfrentamos a proyectos con la máxima fiabilidad y seguridad para que nuestro cliente siempre quede satisfecho”.

FELICIDAD INTERIOR BRUTA (FIB)

La filosofía de la compañía se centra en un concepto que ellos mismos han acuñado: la Felicidad Interior Bruta (FIB) a través del cual, –define Molina–, “se mide el bienestar real psicológico de los ciudadanos, de un sistema y de un equipo, tanto por la alegría de vivir como por las sonrisas pero no por el dinero. La FIB es un indicador de Bután (el país de la felicidad) que se encarga de conocer y medir otras cuestiones esenciales para conseguir el equilibrio y la riqueza de la felicidad de sus ciudadanos. Por ello, aplicamos la FIB a Simbols, un mensaje que queremos comunicar y compartir con la población que nos rodea. Además, este moviliza la riqueza humana, bien sea dentro o fuera de nuestra cooperativa, con nuestros clientes o con nuestros proveedores. Y, partiendo de esta visión, compartimos que el bienestar de nuestro equipo humano determina el éxito de nuestra empresa”.

Del mismo modo, ante la situación actual, priorizan la continuidad de la cooperativa como su fórmula empresarial más óptima “ya que nos permite adaptarnos a la realidad de cada momento”.

En cuanto al apartado económico, Simbols se autofinancia y reinvierte los beneficios obtenidos en la actividad. “Todo ello nos ha llevado a no tener problemas de liquidez e intentar seguir manteniendo nuestra política de prudencia y previsión, desde el principio”, especifica Molina.

También ha contribuido a que la cooperativa haga frente a la situación actual “manteniendo un equipo humano reducido con un horario flexible, ya que buscamos optimizar al máximo la producción cuando nos lo exige un proyecto y disfrutando del tiempo libre cuando no hay necesidad de estar físicamente en la empresa. Esto implica una reducción de ingresos, pero el equipo se mantiene, participa de un modo más activo y continuamos aportando la máxima calidad de la producción”, incide Molina.