Ahogados los ecos de la Fórmula 1, paralizadas las grúas que levantaban edificios “emblemáticos”, casi olvidado el lujo y el glamour que la millonaria Americas´s Cup esparcía por la dársena, las tiendas y los restaurantes valencianos, algunas de las marcas más reconocidas de España siguen repitiendo el mensaje: “Alicante, puerto de salida de la vuelta al Mundo a vela”, la Volvo Ocean Race.

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Siete barcos de siete nacionalidades diferentes circunnavegarán el Globo desde este mes de octubre hasta el próximo mes de junio, haciendo escala en once puertos de los cinco continentes, en una aventura deportiva que supone para sus participantes un reto incomparable, “el Everest del regatista”, y que cuenta con el suficiente atractivo mediático como para que cerca de 600 periodistas de todo el planeta se hayan desplazado hasta la capital alicantina para seguir los preparativos y la salida de la prueba.

Es la tercera ocasión consecutiva en la que Alicante da el pistoletazo a la prueba, la segunda en la cual todo se ha preparado desde su puerto, en cuyo muelle 10 se alza el edificio central de la organización, que incluye la moderna sala de seguimiento (Race Control) desde la cual se controla las 24 horas del día cada movimiento de la flota, y ahora un museo de la prueba que antes de abrirse la presenta edición ya había recibido 35.000 visitantes en un año. El contrato suscrito entre la Generalitat Valenciana y la empresa organizadora prevé que Alicante contemple también la salida en 2017.

Se cumplirá entonces un decenio desde que el presidente Camps y el alcalde Alperi inauguraran el reloj que marcaba la cuenta atrás para la edición 2008, un reloj de 43.000 euros que fue retirado en 2009 y que pervive en la memoria local como símbolo de la ligereza en el gasto público propia de unos tiempos enterrados por los años de crisis y ajustes presupuestarios. Mucho ha cambiado desde entonces, la política de “grandes eventos” ha dado paso a una austeridad inevitable, pero la Volvo Ocean Race ha sobrevivido. ¿Por qué?

Según Laura Matilla, directora general de la Sociedad Proyectos Temáticos, la clave está en que “a corto plazo el impacto económico es innegable y los datos de la anterior edición lo avalan. La repercusión económica en la Comunidad Valenciana en 2011 fue de 89,27 millones de euros y de 21,35 millones adicionales en el resto de España, en total 110,63 millones de euros. Se generan puestos de trabajo directos y se genera negocio inducido. Incrementa durante la regata el número de visitantes a nuestra ciudad y su estancia media. En estos momentos la ocupación hotelera en la ciudad de Alicante durante el evento está al 80% y al 100% durante los días de la salida. Y se han derivado huéspedes a hoteles de lujo de Benidorm y Villajoyosa. Todo ello hace que se incremente y se desestacionalice la ocupación hotelera para el período en el que se  realiza la regata. A medio plazo supone una proyección mediática internacional que posibilita el acceso a otros mercados y contribuye al posicionamiento de marca de ciudad. Y a largo plazo contribuirá a que Alicante se consolide en un destino turístico internacional y de excelencia”.

Antonio Bolaños, director financiero de la Volvo Ocean Race, aporta más datos que respaldan el positivo impacto económico de la prueba:  “En primer lugar, la presencia del evento en Alicante para las tres ediciones (2011-12, 2014-15, 2017-18) se acompaña de un plan a medio y largo plazo de impulso turístico y mejora de las infraestructuras de la zona portuaria y urbana, que han supuesto la modernización y apertura al mar de calles y muelles próximos a la dársena y la dotación del Museo para prolongar el evento entre ediciones. La presencia del evento en España supone, además de que Alicante sea Puerto de Salida, la participación de un barco español en la competición, que aumenta significativamente la exposición turística y mediática de Alicante y España, y el impacto económico del evento. Un 30% de visitantes al evento fueron extranjeros, con una estancia media en la Comunidad Valenciana de 8,7 días, y 2,3 días adicionales en el resto de España. Además, un total de 678 periodistas se acreditaron para la Salida 2011-12 en Alicante, el 67% prensa extranjera. En esta ocasión contamos con 6.000 invitados corporativos, y cerca de 600 periodistas acreditados”.

Desde la Cámara de Comercio de Alicante, su presidente, José Enrique Garrigós, no duda de que la Volvo Ocean Race resulta beneficiosa, más aún cuando Alicante ha sufrido duramente las consecuencias de la crisis y otros proyectos, como la Ciudad de la Luz, han fracasado o, como el Centro de Congresos de Alicante, ni siquiera han puesto su primera piedra: “Es obvio que su repercusión durante los días en que se celebran los principales actos repartidos a lo largo del mes de octubre principalmente es la más destacada y la que más fácilmente se visualiza, pero también es cierto que su impacto se prolonga a lo largo de los doce meses del año”, afirma. Y añade que “hay un efecto que quizá no se tenga en cuenta todo lo que se debiera y es la repercusión mundial de este evento y lo que eso supone de publicidad para la ciudad de Alicante”.

En ocasiones se ha discutido la, para algunos, insuficiente implicación de la ciudad en el evento, o un escaso aprovechamiento del mismo. Las voces que en su día se oyeron desde el comercio y la hostelería en esa línea parecen ahora más conformes. “Quizá se haya empezado tarde”, explica Francisco Rovira, secretario general de Facpyme, “pero al menos en esta edición se han hecho cosas interesantes, como la creación de los establecimientos Faro”, señala, “pero, ya que está comprometida la próxima edición, se debería trabajar con más antelación para sacarle más partido”. Rovira cree, por ejemplo, que se ha fomentado poco la práctica de la vela entre los escolares y no se ha dado a conocer lo suficiente un museo “que es digno de ver”.

UNA REGATA MÁS AUSTERA

Lo cierto es que la propia regata ha sufrido cambios derivados de una coyuntura económica que dificulta el hallazgo de patrocinadores y limita la inversión que están dispuestos a soportar las marcas interesadas. Hace apenas seis años, la sueca Ericsson y la española Telefónica botaron dos embarcaciones cada una, encargadas a los mejores diseñadores, tripuladas por los mejores regatistas, con la ambición clara de vencer en un alarde presupuestario que hoy resultaría contraproducente para su imagen. Adaptándose a los nuevos tiempos, los organizadores han propiciado una drástica reducción en el gasto necesario al modificar la normativa y “obligar” a los participantes a navegar en el mismo modelo de barco, el Volvo Ocean 65, diseñado por Farr Yatch Desing en Estados Unidos. Más igualdad deportiva, en este caso forzada por la marcha de la economía.

Del mismo modo, como recuerda Laura Matilla, “la Generalitat Valenciana ha realizado un gran esfuerzo para intentar combinar la realización de la regata con la coyuntura socioeconómica actual, desde el prisma de la eficiencia en los costes sin disminuir los servicios y las atracciones que durante otras ediciones ha ofrecido la regata a los ciudadanos de Alicante y a todos aquellos que durante estos días nos visitan. Sirva como ejemplo la concentración de todas las actividades en menos días o la participación de una única embarcación española a diferencia de la anterior edición”.

Entre los efectos indirectos que las partes implicadas resaltan, destaca la presencia en Alicante de visitantes de alto poder adquisitivo y elevado perfil empresarial, que proceden además de países con ingente capacidad inversora y de gran interés para las empresas locales con capacidad para exportar, como son China, Brasil, Abu Dhabi, Brunei o Sudáfrica. “Posibilitar la coincidencia, en un mismo espacio y durante 10 días, de representantes institucionales y agentes económicos de los 5 continentes y diferentes países contribuye al intercambio entre todos ellos y a las relaciones entre empresarios de distintas economías”, señala Laura Matilla. Con motivo de la salida, Alicante ha recibido  delegaciones oficiales de quince países.  Durante el mes de septiembre, tuvo lugar una reunión de representantes de los puertos deportivos en la que estuvieron presentes 200 delegados. “Además”, añade la directora general, “el 85% de las empresas proveedoras contratadas para el Village son alicantinas, lo cual les proporciona un marco de proyección internacional sobre su buen hacer”.