Rosendo Ortí: “Si el modelo de cooperativas de crédito funciona en Europa, ¿por qué tenemos que fusionarnos en España?”

Rosendo Ortí: “Si el modelo de cooperativas de crédito funciona en Europa, ¿por qué tenemos que fusionarnos en España?”

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Desde hace semanas, diferentes fuentes cualificadas del Ministerio de Economía y del Banco de España vienen anunciando la necesidad de abordar una nueva fase en el proceso de ordenación del mapa financiero español, lo que en la práctica significa la reestructuración del sector de cooperativas de crédito/cajas rurales.

En la Comunidad Valenciana el cooperativismo de crédito tiene un peso social significativo (especialmente en el entorno rural). Desde ECONOMÍA 3 planteamos la realización de sendas entrevistas a los representantes de Cajamar y Caixa Popular, para conocer sus diferentes perspectivas sobre la citada reestructuración del cooperativismo de crédito.

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Desde los servicios de información de Cajamar se nos indicó que la entidad no iba a realizar declaraciones sobre el tema en tanto no hubiese un pronunciamiento oficial por parte del Gobierno. Mientras que por parte de Caixa Popular, transcribimos a continuación la entrevista mantenida con su director general, Rosendo Ortí.

– ¿Cuál es el ‘mapa’ del cooperativismo de crédito en España?

Actualmente existen cuatro grupos de cajas rurales/cooperativas de crédito: el Grupo Cajamar; la Asociación Española de Cajas Rurales, donde estamos nosotros; Caja Laboral, integrada en el Grupo Mondragón; y las Cajas Profesionales de ingenieros y arquitectos. Al margen de estos cuatro grupos quedan siete entidades: cinco Cajas Rurales de Castellón, la Rural de Castilla La Mancha y Grupo Solventia de la Caja Rural de Almendralejo.

Estas siete entidades eran miembros de la Asociación Española de Cajas Rurales, pero solicitaron su baja de la Asociación, aunque no han formalizado su incorporación en el SIP de Cajamar. Además, por una parte siguen utilizando los servicios que prestamos desde la Asociación en materia de seguros, informática u operaciones de intermediación financiera, a través de las empresas participadas Seguros RGA, RSI y el Banco Cooperativo, respectivamente; y al mismo tiempo, han tomado un porcentaje simbólico en el capital del banco constituido por Cajamar. Podríamos resumir su situación diciendo que tienen un pie en cada grupo.

En términos de cuotas de mercado, según los últimos datos disponibles, el negocio se distribuye en un 42% del mercado controlado por las entidades de la Asociación Española de Cajas Rurales, un 32% es de Cajamar, el 18% corresponde a las cajas laborales de ingenieros y arquitectos y menos del 10% es para el resto de entidades.

MODELO EUROPEO

– En el resto de países de la Unión Europea (Alemania, Francia, Holanda, etc.), ¿existen entidades financieras similares a las cooperativas de crédito españolas?

Desde luego que sí, y precisamente por eso, si en Europa funciona el modelo, ¿por qué nuestro grupo, que tiene vocación de estar en la comunidad autónoma de donde es cada caja local, provincial, autonómica, tiene que participar en procesos de concentración e implicarse en fusiones no deseadas?

Nuestro modelo está en buena medida copiado de los alemanes y funciona. Además, que se sepa, hasta ahora ninguna caja rural ha recibido ayudas del Frob. Así pues, ¿dónde está  el problema? ¿Por qué unas entidades que están funcionando con el modelo de banca de proximidad, que dan cobertura y prestan servicios en pueblos pequeños donde a la gran banca no le es rentable el negocio, tienen que desaparecer como tales entidades independientes? ¿Qué ganamos los ciudadanos, los consumidores, los clientes con esto?

– ¿A quién interesa, pues, que se lleve a cabo ese proceso de concentración entre las cajas rurales cooperativas de crédito? 

Nosotros, las entidades integradas en la Asociación Española de Cajas Rurales, no tenemos interés en ese proceso. Entiendo que a esa pregunta deben contestar aquellas entidades que sí tengan interés en el mismo.

Desde un punto de vista teórico, con un proceso de fusión de entidades lo único que se consigue con total seguridad es que la entidad resultante de la fusión sea individualmente más grande en términos de Balance, que cualquiera de las que han participado en la fusión. Pero esta misma crisis nos ha demostrado que ser más grande no significa ser mejor entidad ni más eficiente. A estas alturas todos conocemos ya cuál fue el resultado de la fusión entre Caja Madrid y Bancaja, y lo que le ha costado al erario público y a sus accionistas el saneamiento de Bankia.

Podríamos avanzar aún más en esta línea de reflexión y hacernos la siguiente pregunta: del actual mapa español de cajas rurales cooperativas de crédito, ¿qué entidades necesitan reforzar su tamaño de Balance por razón de la morosidad que soportan en su cartera crediticia, o necesitan recomponer sus fondos propios por tener descompensada la relación entre capital y reservas?

– No entiendo esta última cuestión.

Dada la situación del mercado laboral español, no es previsible una reducción significativa de la morosidad entre particulares en el corto plazo, ni tampoco entre los clientes de determinados sectores de actividad, como por ejemplo el inmobiliario. Si una entidad tiene precisamente este problema y necesita resolverlo de manera perentoria, una forma de hacerlo es fusionarse con entidades que no tienen tal problema, dando como resultado una entidad cuyo Balance presente un ratio de mora aceptable.

También es posible que el problema no sea solo de morosidad, sino de composición de los fondos propios; de la relación entre capital y reservas. Si el capital tiene un peso relativo mucho mayor que las reservas, porque estas han tenido que destinarse, por ejemplo, a ‘digerir’ procesos de fusión realizados con anterioridad, la entidad puede enfrentarse a situaciones difíciles para cumplir las expectativas de sus socios cooperativistas.

– Lo que dice puede ser cierto, pero no menos lo es que en mercados globales, y el financiero lo es, los operadores más pequeños tienen mayores dificultades para competir.

Las entidades integradas en la Asociación Española de Cajas Rurales no estamos solas, si eso es lo que preocupa a las autoridades. El grupo dispone de un fondo de solidaridad o fondo de garantía interno para que, cuando alguna caja tenga problemas, poder resolverlos.

Por otra parte, respondiendo a nuestro modelo financiero de servicio de proximidad, en todas las comunidades autónomas hay cajas rurales del grupo que están funcionando y cuentan con cuotas de negocio altas.

En el caso de la Comunidad Valenciana, las ocho entidades integradas en la Asociación (la Rural Central de Orihuela, Caixa Popular, y las rurales de Algemesi, Alcúdia, Albal, Onda, Betxi y Alcora), respetamos todos los modelos bancarios, pero queremos que se respete el nuestro en tanto cumplamos el marco legal vigente. Este mensaje lo hemos trasladado a la Generalitat y en el resto de comunidades también se ha trasladado el mismo mensaje a los respectivos Ejecutivos autonómicos.

 

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